Generalmente, los relojes de bolsillo, relojes de chaleco, relojes de leontina o "muestras" se diferencian en dos tipos:
Saboneta o Savonnette y Lépine.
Los savonnette son los relojes con doble tapa. Del francés “savonette”, jaboncillo.
La tapa que cubre la esfera se abre pulsando un botón que lleva en la corona; para cerrarlo conviene pulsar también el botón para evitar que se desgaste la muesca de cierre y deje de ser operativa.
Frente al lépine, el reloj saboneta tiene más protegidos el cristal y la esfera, pero tiene el inconveniente de que hay que abrir y cerrar la tapa en cada lectura. Se dice que fue a Napoleón, que se ponía enfermo con las pérdidas de tiempo que estas minucias suponían, a quien se le ocurrió la idea de abrir un hueco en la tapa que permitiese ver las agujas e inscribir en su periferia una escala horaria que permitiese leer la hora sin necesidad de abrirla, dando lugar al reloj “media saboneta”, que en Francia se llama a veces reloj napoleón.
El año 1764, el relojero francés Jean-Antoine Lépine (1720-1814) suprimió el caracol en el reloj de bolsillo y sustituyó la platina superior por puentes, lo que de añadidura le permitió colocar el volante al lado del mecanismo, que anteriormente se situaba encima. Esto posibilitó la construcción de relojes mucho más planos.
Por extensión se conoce como reloj lépine el reloj de bolsillo de poco grueso que carece de tapa superior, a diferencia del saboneta, que sí la tiene. Normalmente el reloj lépine tiene el colgante a las 12, mientras que el saboneta lo lleva a las 3.
La leontina es el nombre que recibe la cadena con la que se prende el reloj de bolsillo al chaleco.